lunes, 6 de septiembre de 2010

Tercer Hito: Se crea Asociación de Trabajadoras Sexuales en el Perú

Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska, Vida y Dignidad


Este referente nos da a conocer como ha avanzado la prostitución con el tiempo, llegando a crearse instituciones para resguardar y defender los derechos de las prostitutas de la actualidad, así como hacer escuchar sus demandas e inquietudes con respecto a la sociedad en la que vivimos actualmente.
“En el año 2002, en la campaña electoral, el alcalde de Lima ponía en su plataforma:
Erradicar la prostitución de la Plaza La Roca. Erradicar significa desaparecer,
exterminar, y nosotras somos seres humanos, no nos pueden exterminar”[1].

En los últimos años, las mujeres que deciden ejercer esta profesión denominada prostitución siempre traen consigo una gran cantidad de problemas y prejuicios debido al estilo de vida que estas llevan y a la mala imagen que estas generan para con las demás personas. Es por razones tales como la discriminación, el arrebatamiento de derechos, la despreocupación y la anulación completa de voz y voto que estas trabajadoras sexuales se agrupan en asociaciones. Perú es un claro ejemplo de ello, debido al surgimiento de la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad. Esta asociación tiene como objetivo hacer reconocer los derechos de estas mujeres y, así mismo, protegerlas de los peligros a los que están expuestas; dar a entender que también son seres humanos y por lo tanto deben ser tratadas de igual manera que el resto de las personas. Por ello, Miluska Vida y Dignidad se encarga de descriminalizar el trabajo sexual, evitar las agresiones y abusos de poder. Además, se encarga de orientar a las mujeres en los temas concernientes a las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual), como el VIH/SIDA, al tratamiento de su autoestima y, sobretodo, a no tener vergüenza de llevar a cabo su trabajo.
   
Trapasso [2] expresa que “la defensa de las mujeres denominadas trabajadoras sexuales es una medida de corto plazo puesto que no cambia o modifica las relaciones de dominación y subordinación entre el cliente y la persona proveedora de sexo. La defensa de los derechos de las mujeres que ejercen la prostitución no cambia el hecho de que los hombres compran el cuerpo de la mujer. Si creemos que toda mujer es dueña de su propio cuerpo y tiene el derecho de vivir su sexualidad dentro de relaciones de mutualidad, respeto y justicia, entonces la prostitución y el tráfico de mujeres son totalmente inaceptables. Mas bien, estando convencidas de que los derechos sexuales son elemento fundamental de los derechos humanos, entonces toda manifestación de explotación sexual tendría que ser desterrada”.
Estos son la clase de incentivos para esta agrupación, que llevan a sus representantes a adentrarse cada vez más en debates acerca del trabajo sexual que realizan las mujeres, con la finalidad de cambiar la posición de las personas que discrepan con respecto a la consideración de la trabajadora sexual como un ser humano que merece ser aceptado por la sociedad sin criticarlo por lo que hace. También ayuda a realizar una recapacitación con respecto a la toma de decisiones del estado sobre el tema de la prostitución, incluyendo las necesidades y las demandas de las trabajadoras sexuales. Sin embargo, las propuestas de erradicación de estas actividades y la creación de “zonas rosa” para el ejercicio de la prostitución siguen apareciendo, teniendo como resultado el completo rechazo por parte de esta asociación especial en todas las propuestas de este tipo que se han hecho, dando como respuesta los principios a los que se someten.
  
Por esto, la asociación Miluska Vida y Dignidad continua activa, expandiendo su ponencia y manera de pensar en diversos eventos, dando importancia a lo que, Ángela Villón, presidenta de esta agrupación, mencionó con respecto a la temática y finalidad de su movimiento:
 “Decidimos organizarnos para hacer visible que las trabajadoras sexuales somos sujeto de derechos, actoras capaces de aportar de manera destacada al desarrollo de nuestro país” [3]. 
   
     
     
             
   


     
                         









1.- RedTraSex, (2007) 10 Años de Acción (1997-2007): La Experiencia de Organización de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe. Pp. 63.
2.- TRAPASSO, Rosa Dominga (2003). La prostitución en contexto. Prostitución: ¿Trabajo o esclavitud sexual? CLADEM, Lima.
3.- RedTraSex, (2007) 10 Años de Acción (1997-2007): La Experiencia de Organización de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe. Pp. 64.
            
     


Bibliografía:

  • IDEIF (Instituto de Estudios para la Infancia y la Familia) y otros (2005) ¿Mercancía sexual?: Cómo Hemos Creado la Demanda para la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes en el Perú. ECPAT Internacional. Pp. 16-17
  • FERREYRA, Laylah (2010) Una mujer para respetar: Trabajadora Sexual, pp. 6-9. En: Revista Generación, Nº-161
  • HOLGADO, Isabel (2008) Prostituciones: Diálogos sobre sexo de pago. Todas las voces para un mismo concierto feminista, pp. 13-14. Barcelona. Icaria Editorial.
  •  RedTraSex, (2007) 10 Años de Acción (1997-2007): La Experiencia de Organización de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe. La Red en los paises. Pp. 63-64. 1ª ed. Buenos Aires.

Segundo Hito: La Prostitución en la colonia


Este hito nos muestra cómo es que la prostitución, en el país, empezó a tener demanda desde la época colonial. Con la conquista, la prostitución se incrementó considerablemente, se dieron condiciones por las cuales las mujeres de origen indígena se involucraron en el meretricio o fueron forzadas a hacerlo. Estas mujeres indígenas fueron en muchos casos violadas, y dado que la honra de una mujer radicaba en su actividad sexual, eran sancionadas socialmente. Ya nadie las buscaría para casarse o tener una relación estable, lo cual les permitiría tener acceso a una vida con mayores posibilidades económicas en base a la dependencia de su pareja. La gran demanda de los españoles por las prostitutas se fue incrementado conjuntamente con el crecimiento de las ciudades: “La sociedad colonial trajo la naturaleza urbana de la prostitución”. El tema de la prostitución en la Ciudad de los Reyes ha sido ampliamente mencionado a través de la sátira colonial peruana por otros autores, entre los que se encuentra Mateo Rosas de Oquendo1 durante el siglo XVI, Juan del Valle Caviedes2 en el XVII y, principalmente, en las obras de Fray Francisco del Castillo3, por la comercialización que hacían con sus cuerpos y por la falsedad de sus actos que estaban en contra de los principios morales. Sin embargo, dicha práctica era ejercida por algunas mujeres con total conocimiento e indiferencia de las autoridades y con fines mercantilistas. Los clientes que compraban los favores de estas mujeres no sólo pertenecían a los estratos sociales más bajos, sino que entre ellos también se encontraban miembros de la clase alta.

Para el hombre de esa época, la prostitución era un mal necesario, a pesar de que él es el que la compra, no se siente culpable. Hay una ausencia total de crítica hacia el hombre, por el contrario, en algunos casos es presentado como la víctima de la prostitución debido a que ella es la causante de que contraiga enfermedades venéreas. En la Lima colonial las enfermedades venéreas fueron un problema bastante común entre las mujeres que se dedicaban a la prostitución. Castillo a través de sus poemas satíricos relata el sufrimiento que padecían las víctimas de estas enfermedades, el tratamiento que era utilizado para combatirlas y los hospitales que tenían a su cargo el cuidado de estos males. La sanción que recibían las meretrices de la colonia era la marginación moral, ya que la sociedad las consideraba como personas que no merecían respeto alguno.

No cabe duda de que también vinieron prostitutas españolas a América. Un autor colonial, Víctor Patiño4, habla en su libro de las “Prostitutas individualizadas”, a las cuales podríamos llamar “las primeras prostitutas V.I.P” en el siglo XVIII: "Había en Lima una ramera de buena cara que la llamaban La Buscaida, porque desde que se echó al mundo, sólo se había metido con gente rica, y menos de 200 pesos por acto no se franqueaba, y con ello había hecho caudal".





1. Mateo Rosas de Oquendo: Poeta satírico español que escribió sobre Perú, Tucumán y México.
2. Juan del Valle Caviedes: (Porcuna (Jaén), 11 de abril de 1645 - Lima 1697) conocido como «El poeta de la Ribera» fue un poeta y dramaturgo nacido en España que vivió casi toda su vida en el Perú.
3. Fray Francisco del Castillo: Poeta virreinal peruano, llamado "El cuego de lña merced"
4. Victor Manuel Patiño: (1912 - 2001) Escritor e investigador colombiano.










Bibliografía

Fuentes Virtuales

Fuentes Escritas
  • Historia de la cultura material en la América equinoccial: Vida erótica y costumbres higiénicas
    Tomo 7 Cap. 18 Autor: Victor Manuel Patiño
  • Milla Batres, Carlos. "Vida y obras literarias edita e inédita del Ciego de la Merced: Fray Francisco del Castillo Andraca y Tamayo" (1716-1770). Disss.Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1976.
  • Miró Quesada, Aurelio. "Una descripción de Lima en el siglo XVIII."  Revista Histórica XXVI (1962-63).

Primer Hito: La prostitución en el Incanato

Este primer hito trata sobre la existencia de informes y lecturas que señalan que la prostitución existía en el incanato. Aunque explicar temas acerca de prostitución y hasta de sexualidad en la época andina es una temática muy poco difundida, hay algunas referencias gracias a los escritos legados por los cronistas españoles e indígenas del siglo XVI y parte del XVII. La prostitución es un problema social que podemos ver muy a menudo en las noticias o simplemente escuchar sobre el tema en las calles. Lo que muchos no saben es que ese no es problema que se haya manifestado recientemente, si no, que comenzó mucho tiempo atrás, osea desde la época del incanato.
En ese tiempo no se les llamaba ''prostitutas'' como lo hacemos ahora si no se les denominaba ''pamparuna: persona o mujer de plaza, mujer pública''1 los motivos exactamente no se conocen pero se ha supuesto que los motivos han de ser los mismos que se presentan en estos tiempos, como la falta de dinero, que bueno en ese tiempo no era precisamente dinero pero se puede suponer que pasaban por muchas necesidades, también por falta de autoestima, ese es un problema de todo tiempo y lugar, o simplemente el placer de realizar esas prácticas sexuales. Pero estas mujeres antes de “venderse” fueron primero sancionadas, por razones desconocidas, lo cual las llevó a padecer penurias y no les quedó más que dedicarse a la prostitución para poder sobrevivir.2 En el imperio inca hubo mucho autoritarismo, esclavitud, especialmente contra la mujer. Cabe señalar que en el censo realizado luego de la conquista española, en el siglo XVI, señala que la población femenina superaba a la masculina en casi un 30%. Un hecho que podría demostrar ambas situaciones es el otorgamiento de aproximadamente 300 mujeres por parte de Huayna Cápac a una de sus esposas. Por otro lado las mujeres estaban sujetas a ser entregadas como parte de alianzas con grupos étnicos. “La apropiación de mujeres era una fuente de autoridad y prestigio”3.
Como se menciono anteriormente las causas de la prostitución en el incanato no están claramente indicadas debido a un factor muy importante y que muchas veces impide hablar de ciertas cosas: el tabú, es por ello que muchos historiadores, sociólogos, científicos se abstienen de hablar del tema y de profundizar en las investigaciones pues se considera que muchas personas lo tomarían a mal, cosa que no debe de ser porque ello impide luchar contra ese tipo de problemas, exactamente la prostitución en este caso, que ya no solo
abarca un carácter social si no uno psicológico. Pero bueno ese no es nuestro tema principal, dentro de los pocos que han optado por hablar del tema se puede rescatar la opinión de Garcilazo de la Vega en su muy conocida obra ''Comentarios reales’, refiere también que en el Incanato hubo prostitutas, llamadas “papaganas”, debido a “las migraciones internas obligatorias y a la desigualdad social y de poder que esto generaba”.4
Lo que sí se sabe es que en el tiempo del incanato esa actividad no era aceptada por los pobladores así como sucede muchas veces ahora, se sabe que esas mujeres Vivian aisladas del pueblo y que mujeres ni hombres las respetaban ni les dirigían palabra, las mujeres por considerarlas impuras y los hombres porque no las consideraban dignas de respeto. Si bien mientras los tiempos transcurren estas prácticas poseen mayor aceptación, aun hay personas que se encuentran muy en contra, y esto no debería asombrarnos ya que desde tiempos atrás se ha considerado aquello como una práctica inmoral.








    

1.-  Autor anónimo del blog "Sexo y Salud" de la edición del martes 3 de abril del 2007, tema " Reseña Histórica de  la Prostitución en el Perú".
2.-  Autor anónimo del blog "Sexo y Salud" de la edición del martes 3 de abril del 2007, tema "Reseña Histórica de la Prostitución en el Perú".
3.-  Autor del blog "Sexo y Salud". Edición 27 de abril del 2007, tema "Reseña Histórica de la Sexualidad y los Roles Sexuales en el Perú".
4.-Adaptación de " Comentarios Reales de Los Incas " del autor Inca Garcilazo de la Vega.



Bibliografía




    LA PROSTITUCIÓN EN EL PERÚ

    La prostitución es la actividad a la que se dedica la persona que mantiene relaciones sexuales con otra a cambio de dinero. El termino prostitución viene del latín "prostituire" que literalmente significa estar expuesto a las miradas del público, estar en venta o traficar con el cuerpo. En el Perú, este ofiicio se ejrecía desde el incanato, tuvo mayor apogeo con la conquista, hubo un incremento considerable del número de meretrices en la república y en la actualidad existen organizaciones de prostitutas para la defensa de sus propios derechos como ciudadanas. Es así, como vemos una especie de evolución del oficio más antiguo del mundo a lo largo de la historia del Perú.
    Para analizar este tema más a fondo partiremos de una noticia referente a esta problemática en el Perú.






    Bibliografía